sábado, 16 de enero de 2021

Así fue como me propuse escribirle a Álvaro Uribe por segunda vez con la justificación de continuar después de una década como representante legal de los brigadistas jurídicos y ante cualquier injusticia ya sea contra el peor de nuestros enemigos, daríamos un consejo sin costo

Segunda Carta a Álvaro Uribe de los Brigadistas jurídicos

Tengo como costumbre ver a mis enemigos a los ojos, sentarme con ellos e intercambiar algunas palabras, con la intención es el de entender en que consiste el mal y si existe alguna posibilidad de su restauración hacia el bien.

Hace una década sentado frente a uno de los  seguidores de Uribe, gravado por cámaras y con dos testigos en mis espaldas le dije que era un escritor, artista y pintor que ofrecía mis servicios de publicidad debido a que no podía vender la fundación Jaime Betancur Cuartas en la cual soy su representante legal,  pero no su dueño. En la despedida el seguidor de Uribe después de destruir la Revista donde escribía, se levando de la mesa mal humorado  y lejos de las cámaras y de los testigos me dijo al oído con un aire de fanático religioso, como suele hablar entre ellos ¿Por qué los de izquierda son más inteligentes? Le conteste sin parpadear: Porque leen más. Después de tanto tiempo y viendo la realidad mundial, continúo pensando igual,  la política es una enfermedad de poder que corrompe a los seres humanos por millares,  hasta reducirlos a simples juguetes de un cerebro acaudalado.

Otra costumbre de la cual me regocijo a diferencia de muchos de mis pares en la labor social,  es que le escribo directamente a mis enemigos,  con la idea de mantener un dialogo,  que en la universidad llamaban diplomacia y en un país en guerra sin tregua hace dos siglos,  es sinónimo de sobrevivencia, para ambos bandos. Así fue como le escribí mi primer carta a un hombre que cuando inicie la carrera de derecho idolatraba como un prócer de las leyes y que al terminar la carrera era el símbolo de la degradación en el derecho y política más grande jamás visto en el mundo, después de la segunda guerra mundial  y la realidad mundial antítesis de todo su discurso.  

No entendía como una persona persistía en mantener a todo un pueblo en los años anteriores al holocausto, hasta que aparecieron las redes sociales y mis ojos se abrieron a la más abominable caja de pandora de la historia de Colombia, ocultada por los medios, juzgados, sector defensa y la academia,  como un libro prohibido que no se debía leer, donde los que todos llamaban políticos en realidad fueron personas que pertenecían a grupos armados de derecha e izquierda que intentaban ocultar en la guerra su relación con masacres y genocidios del pasado, ocultándolos con debates ideológicos hoy,  cuando la ley universal de 1948 ya había definido ese mismo conflicto en otro continente,  pero con seis millones de víctimas que continuaban muriendo hoy sin pausa y sin tregua solo por el mensaje o el escrito de una persona en el poder, que no da órdenes directas sino que utiliza un simple comentario o mensaje escrito, para desencadenar el apocalipsis.  

Así fue como me propuse escribirle a Álvaro Uribe por segunda vez con la justificación de continuar después de una década como representante legal de los brigadistas jurídicos y ante cualquier injusticia ya sea contra el peor de nuestros enemigos, daríamos un consejo sin costo.

Evidencia de que la figura de Álvaro Uribe está mal asesorado rodeado de personas que lo llevan a cometer sus peores decisiones en el campo de la política, son los años de continuos desencuentros con la opinión pública,  que han llevado a el personaje más querido de Colombia a el centro de la guerra y la discusión,  pero con más sectores de poder creciente,  contra su legado.

Renunciar al Senado para evadir el juicio de la corte suprema, buscando enturbiar la historia en órganos de investigación criminal,  nombrados por el mismo. Decir que un Juez no tiene la función de un fiscal, cuando está catalogado como imputado, demuestran la degradación total de su sistema de defensa y consejo,  a un personaje idolatrado por muchos empleados y socios,  odiado por sectores vulnerables,  con una simbología que El mismo ha construido y que podría defenderle como salvador de un periodo histórico,  pero no de la historia de Colombia,  que descansa en las instituciones y las leyes y no en las personas. Ejemplo de ello fue lo ocurrido con Trump aunque no por las mismas razones ya que Uribe lo hace para ocultar su pasado político y el mandatario del norte por deporte.

Otra evidencia de que Uribe está mal asesorado por personas que buscan cosa distinta a lo que Él quiere utilizándolo para candidaturas de funcionarios distintas a la de sus hijos es que le piden hacer cosas o decir otras,  que terminan generando discusiones,  que no generan guerra, como es la causa de sus asesores,  sino más argumentos en su contra, relegándolo del plano político a sectores antiequidistantes con sus enemigos en las izquierdas,  hasta equipararlos nuevamente con  sus antiguos movimientos de suplantadores de la labor de las fuerzas militares,  en la seguridad,  en periodos éticos distintos de la historia colombiana , al de control institucional en la actualidad.  

Una muestra de la intención de la restauración en mis palabras es el hecho de que en la historia humana específicamente en ese planeta Dios permite que lo que otros consideran malos son  pieza fundamental del bien,  como judas para el hijo del creador de las galaxias. Ejemplo de ello es el pueblo judío que engaño a su padre para recibir la herencia, condenaron a la muerte al Nazareno pidiendo que su sangre callera en sus rostros y dos milenos después sufrieron un genocidio que casi los extermina,  para luego ser dueños de las finanzas mundiales,  con la industria armamentística, farmacéutica y turística más poderos del mundo. Custodiando tierra santa.   

Así entendida la restauración como la solución que viertes en una cicatriz,  para desvanecerla sueño con ver a Álvaro Uribe dictándome un doctorado de derecho en la Universidad los Libertadores de Bogotá y no verlo envejecer en los medios de comunicación defendiéndose hasta su muerte y después ver a sus hijos y a los hijos de estos hasta el infinito,  continuar defendiéndose de amenazas y ataques de otros políticos, en el poder, solo por pecados de sangre,   porque su conocimiento,  diferente a sus lagunas éticas que le tienen respondiendo antela justicia como cualquiera,  en un Estado de derecho, se perdería para siempre y la gran maquinaria que lleva a Colombia al desarrollo, desaprovecharía una pieza también fundamental de su historia política.   

Así es como los Brigadistas Jurídicos solucionamos un problema sin disparar una bala y sin manipular la realidad,  con deducciones filosóficas de la doctrina del derecho,  que te llevan a reflexionar,  más que a buscar audiencias o me gusta,  en una red social,  configuramos los hilos del poder en las redes sociales con un objetivo altruista,  más que de establecernos como una figura política, que jamás hemos sido y que jamás seremos según nuestros estatutos y objetivos, lo que nos permite aconsejar a cualquier político o funcionario de relaciones exteriores,  de cualquier país,  de cualquier ideología,  académicamente,  sin trampas,  ni limitaciones de honestidad y franqueza.   

Fuente: https://hansalejandrogamboarengifo.blogspot.com/2021/01/segunda-carta-alvaro-uribe-de-los.html

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