Sin
contar los segundos, fueron billones de horas las trascurridas antes de tu
regreso. Las paredes se comprimían asfixiándome al exhalar más que los abismos
entre el teclado. Licue mis rencores haciéndome un granizado de fortalezas, lo
rellene de crema y me lo tome de “un solo sorbo”, sin pitillo y cereza. El
ratón distante como su tecnología Genius; llevaba muy bien con el clon.
Fueron
todos los poderes, pensando hacia mí.
Pero al inhalar nuevamente los pulmones se llenaron de información, recargando las baterías del alma, y en unos
cuantos segundos, olvidándome de mí, para pensar como todos los afortunados.
(...)Esa técnica me la enseño un chamán empírico de ninguna tribu conocida, que era una adecuada forma de estar atento de lo que ocurre en el mundo. No le creí al principio hasta que de tanto utilizarla, el mundo ya no era tan complejo. (...)
ResponderBorrar